Oaxaca:
Prolífica cuna de la cultura y el arte mexicanos, Oaxaca es un paraíso en donde las formas, los colores y los aromas del México prehispánico se funden con la modernidad en cada aspecto de la vida cotidiana. Los bellos cántaros de barro negro, los textiles multicolor que salen de sus telares y los exóticos alebrijes que se conciben en la mente de su creador son sólo algunos ejemplos de la gran variedad de artesanías de calidad que en sus tierras se elaboran. La mágica concepción del mundo de nuestros antepasados y el catolicismo misionero del siglo XVI dan origen en Oaxaca a uno de los más aclamados espectáculos folclóricos de México y del mundo, la Guelaguetza, en donde los trajes típicos indígenas y las milenarias danzas folclóricas reproducen las costumbres, tradiciones y cosmogonía de los pueblos mexicanos de la región. Actualmente uno de los estados más fervientes de la religión católica, en Oaxaca se celebra con particular algarabía a numerosos santos y concepciones de la virgen María. Entre ellos destacan las fiestas de la milagrosa Virgen de Juquila, la morena Virgen de Guadalupe, la Virgen de la Soledad, el Santo Cristo de Tlacolula y Semana Santa, entre muchas otras.
La región de Occidente fue el hábitat de pueblos de habla uto-azteca, como los coras, huicholes y tepehuanos. La incorporación de estos pueblos a la esfera de la civilización mesoamericana fue muy gradual, y se presume que los primeros desarrollos cerámicos de la región estuvieron vinculados con las tradiciones de los pueblos andinos de Ecuador y Perú. Los cambios que afectaron al resto de las regiones de manera clara son menos observables en Occidente, por ello, las tradiciones culturales del pre clásico, como la de Colima, Jalisco y Nayarit o la de Tumbas de Tiro sobrevivieron hasta bien entrado el período Clásico (150-750/900 d. C.). La más conocida de las sociedades de Occidente es la purépecha o tarasca, que rivalizó en el siglo XV d. C. con el poderío de los mexicas. (ver 1º fuente)
Los íconos más representativos de la cultura tabasqueña, son sin duda la cabeza olmeca y la música de los tamborileros, que son imágenes de Tabasco, reconocidas en todo el mundo.
En 1519, llegaron a Tabasco, los conquistadores españoles, encabezados por Hernán Cortes, iniciándose así un choque cultural y fusionando la cultura indígena con las costumbres españolas, dando como resultado, la cultura tabasqueña actual. Así nació el Zapateo tabasqueño, cuando soldados de Cortes, tocaron el 1519 seguidillas andaluzas, creándose lo que enTabasco se llamó fandanguillo, dando origen al baile tabasqueño por excelencia. Las danzas indígenas fueron aprovechadas por los frailes españoles quienes le adaptaron pasajes y personajes bíblicos para facilitar la conversión de los indígenas al catolisismo, prueba de ello son las danzas de "El caballo y el gigante" y la de "David contra Goliat".
La gastronomía oaxaqueña es famosa internacionalmente debido a la complejidad de muchos de sus platillos y a la selección de ingredientes que participan en la elaboración de moles, memelas, tamales y chapulines. Y es que los moles por ejemplo, varían en la variedad de chiles utilizados para su elaboración, además de una veintena de ingredientes que hacen de este, uno de los manjares más exquisitos de la gastronomía de México. Además, exóticos ingredientes se transforman en mestizos platillos que adornan las mejores cocinas de los restaurantes gourmet mexicanos como son los pequeños chapulines colorados y hormigas. No olvidemos también los famosos tamales oaxaqueños envueltos en hoja de plátano, las originales entomatadas y el fríjol negro de Oaxaca. Sin olvidarnos de la tradicional bebida oaxaqueña, el mezcal, “bebida de los dioses”. Actualmente ya con denominación de origen, esta bebida también la puede saborear con el toque característico que le da el gusanito frito que se encuentra en la raíz del maguey y en forma de crema de mezcal de piña, de coco, de nanche, de almendra o de café, entre muchos otros sabores. La fértil tierra oaxaqueña es madre de grandes artistas y personajes de nuestra historia entre ellos Rufino Tamayo, afamado pintor y muralista del arte mexicano, reconocido internacionalmente como uno de los más grandes artistas de nuestro país; Alfredo Canseco Feraud, pintor del folclor de su tierra; Luis Zárate y Rodolfo Nieto, pintores. Además de ser cuna de dos de los más importantes dirigentes de México y ejes determinantes de la historia nacional, Don Benito Juárez, llamado el “Benemérito de las Américas” y el General Porfirio Díaz. ![]()
Más de tres mil años de cultura se han forjado en esta tierra, desde que la milenaria cultura olmeca se asentó en lo que hoy es el estado de Tabasco, y en un islote rodeado de pantanos y ríos, fundadon la población de La Venta, que sería su principal centro ceremonial, en donde esculpieron monumentales "cabezas colosales" y otras esculturas que hoy pueden ser apreciadas en museos como el Parque-Museo La Venta en la ciudad de Villahermosa. Más tarde, vendría la civilización maya
, asentándose en el centro y oriente del estado, y construyeron ciudades como Comalcalco, Pomoná, Moral-Reforma, San Claudio, Tortuguero, Xonuta, y muchas otras que hoy han desaparecido.
Quintanaroo:
Según el Chilam Balan de Chumayel, el actual territorio de Quintana Roo fue el primer asentamiento de los itzaes, quienes procedentes del sur fundaron en el año 435 d .C. la población de Siyancaan Bakhalal (de syan caan, nacimiento; y bakhalal, lugar de carrizos). Puede ser que los hallazgos de la zona arqueológica de Kohunlich, situada a 66 kilómetros al suroeste de Chetumal, rectifiquen esta fecha, pues los mascarones que ahí se hallan muestran rasgos olmecoides y ciertas influencias teotihuacanas. Aunque las edificaciones más tempranas datan de los años 250 a 300 de esta era, sus constructores debieron permanecer ahí cientos de años, a juzgar por la magnitud de la plaza ceremonial, semejante a la de Teotihuacan, aunque mucho más grande. A pesar de esto, la relación de Chumayel indica que los itzaes permanecieron 60 años en Bakhalal (Baca lar); que en el período de 495 a 514 d. C. fundaron Chichén Itzá, que abandonaron para radicar en Champotón hasta 928 - 948; y que tras una peregrinación de 40 años volvieron a Chichén, ya con la mezcla de las culturas tolteca y chichimeca. En el lapso de 987 a 1007 d. C. se estableció en Uxmal, procedente de Nonohual, el jefe indio Ah Mekat Tu-tul Xi u, y aquéllos y éste fundaron la Liga o Confederación de Mayapán, que incluyó a los señoríos de Chichén ltzá, Uxmal, Mayapán, Itzamal, Tulum, Ichpatún y otros. Esta alianza existió desde el período 987 – 1007 d .c hasta el de 1175 – 1185 d. C., pues en 1194 d .C. los itzaes abandonaron nuevamente Chichén para ir a establecerse en el Petén, en virtud de la guerra que les hizo Hunacc Ceel, jefe cocom de Mayapán.
cultura prehispánica se estableció en chihuahua?
La cultura paquimé, que formó parte de la cultura mogollón en el área de Oasis américa.
La cultura de Paquimé es una cultura que se desarrolló en el área Mogollón en Oasis américa. La máxima expresión de esta cultura se encuentra en la región de Casas Grandes (Chihuahua, México), particularmente en el sitio epónimo de Paquimé.
La primera evidencia de cultura en el estado son los sitios de Samalayuca y Rancho Colorado en el noroeste del estado, donde se han encontrado puntas de flecha con características peculiares que permiten datarlas en el período Paleo indio aproximadamente entre 12000 y 7000 a. C. Hay evidencia de que los pobladores de esta parte de América continuaron solo como cazadores-recolectores al menos hasta 2000 a. C. Esta etapa se caracteriza por los inicios de la domesticación del maíz. Poco después de 2000 a. C. se identifican cultivos de calabaza. Entre los primeros sitios con irrigación agricultura de terrazas se incluye el Cerro Juanaqueña en el norte de Chihuahua, (aproximadamente entre 1300 y 1100 a. C.). El inicio de la cerámica aparece entre 1 y 400.5 24/7
Veracruz: Jarocha, esa linda muchacha costeña que baila al ritmo del son ataviada en su blanco traje con rebozo de seda y un ramillete de flores detrás de la oreja…. La cultura veracruzana es una de las más distintivas del folclor mexicano, su gran fiesta jarocha, gastronomía costeña y danzas mixtas forman un mosaico multicolor digno de conocer.A través del año y a lo largo de todo el estado, se celebran numerosas fiestas patronales, religiosas y paganas. En Veracruz, toda fiesta conlleva la celebración de los famosos bailes populares, en donde chicos y grandes hacen gala de sus habilidades en la pista; corridas de toros, carreras de caballos, danzas folklóricas, peleas de gallos, jaripeos, encuentros deportivos, charrrerías, concursos y juegos y actos religiosos son ingredientes esenciales de las grandes fiestas jarochas. La fiesta más popular dentro y fuera del estado es el Carnaval, festejado cada primera semana de febrero en un marco de algarabía y color. Los llamativos desfiles de carros alegóricos cuentan con músicos que tocan al ritmo del son jarocho o del huapango huasteco, disfraces de lentejuelas, numerosos bailarines y el mejor humor para celebrar, después de haber realizado la simbólica quema del “Mal Humor”, acto con el que da inicio la celebración. Actualmente, se realizan además numerosos eventos culturales, deportivos y comerciales. La gran tradición de la danza veracruzana se pone de manifiesto con el Ballet Folklórico del Gobierno del Estado de Veracruz, orgulloso representante de México, ya que sus representaciones de la Huasteca Veracruzana, el Huapango en Pánuco, la Danza de los Negritos, el Jarabe Jarocho y otros bailes mexicanos, han sido reconocidas tanto a nivel local como internacional. La posición costera de la entidad se conjuga con una larga tradición indígena, española y afroantillana para dar lugar a una vasta y diversa cocina. En la costa, los platillos de mar más destacados son el pulpo en su tinta, empanadas de camarón, el chilpachole y el Huachinango a la Veracruzana, cuya fama ha cruzado fronteras. En Coatzacoalcos, exóticos platillos adornan las mesas de los curiosos comensales con carne de armadillo, sopa de tortuga, pejelagarto ahumado y carne de tejón, entre otros. El atole de coyol y el té de zacate son bebidas populares en Minatitlán, en donde además puede disfrutar de unos ricos tamales de chipiles o de coyol. En Martínez de la Torre también destacan elaborados platos como el pez bobo en caldo y las acamayas en chipotle. Veracruz es famoso también por su café de calidad exportación, la zona de Coatepec además de producir el aromático grano se distingue por su buen gusto en la cocina con su tradicional sopa de pan, estofado de gallina y trucha arcoiris. Las artesanías son otra de las manifestaciones artísticas de gran calidad en Veracruz. Las numerosas etnias aún vivas en el territorio elaboran bellos productos textiles, de alfarería y cartonería. En la zona de la Huasteca y en la Sierra de Zongolica, donde habitan los indios macehuales, se utiliza el telar de cintura para elaborar cobijas, jorongos, lienzos, morrales y tapetes. El antiguo arte de la alfarería tuvo un lugar preponderante en las antiguas culturas mesoamericanas, y hoy en las comunidades de la Huasteca y en San miguel Aguasuelos, las mujeres elaboran bellos objetos de cerámica para autoconsumo y para la venta. El tercer arte popular es la cartonería, cuyo uso también data de las primeras comunidades mesoamericanas y hoy se utiliza para decorar y elaborar las ofrendas rituales con papel amate y papel de china. Nayarit:
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Cabe destacar que, la etnia huichol ha ido desplazando a la cora, que era la que más peso demográfico tenía en Nayarit, hasta antes de 1995.
Los principales grupos étnicos que registró el censo de 2000 en el estado son los huicholes (16.932 indígenas), los coras (15.389) y los tepehuanos (1.422); el náhuatl (1.422) ha iniciado un aumento propiciado por la inmigración proveniente del estado de Guerrero y otras entidades del centro del país, sin embargo existe un asentamiento ancestral en el municipio de Acaponeta que comúnmente se le denomina mexicaneros.
Sinaloa:
Cuando los españoles llegaron a la región de Sinaloa, encontraron diversos grupos indígenas: los totorames, los cahitas, los tahues, los xiximes, los acaxees, los achires, los pacaxes, los tebacas y los tamazulas o guasa-ves.
A estos grupos humanos se les conoce como culturas prehispánicas, porque fueron hombres, mujeres y niños, que llegaron y habitaron estas tierras primero que los españoles.Estas culturas sobrevivían de la caza, pesca y recolección de frutos. De ahí que su presencia queda manifestada en los innumerables vestigios que nos dejan sus más fieles testimonios grabados en piedra, "petroglifos".
Los cahitas, tahues y totorames, junto con los acaxees y xiximes, descendían del grupo yute nahua, y todos tenían dialectos diferentes y con excepción de achires y tamazules que eran nómadas, los demás fueron sedentarios y practicaron la agricultura.
Como curiosidad, podemos mencionar que en Torécuato se inventó la Feria del Atole, en donde puede mostrarse una exhibición de la gran cantidad de sabores que puede tomar la prehispánica bebida. En Michoacán de Ocampo, esta fértil producción creativa no se limita a la cocina, ya que los artesanos del estado también se destacan por su prolija producción artística. Así, el Palacio de los Artesanos, o Casa de las Artesanías, es creado en base a la necesidad de promoción y difusión que la rica tradición artesanal michoacana exhibe. Y es que con la llegada de la modernidad, los artesanos michoacanos han perfeccionado y aumentado su producción artística, lo que le confiere una peculiaridad única en el país. Algunas de las artesanías más populares son, los sillones de madera y cuero de Apatzingán, la loza cambia de Maravatio, las sillas de madera de pino de San Miguel Curahuango, las cestas de mimbre y sombreros de raicilla de Utipitio, los coloridos gabanes tejidos de San Nicolás y destacadamente la antigua tradición alfarera de Coalcoman. ![]() De manos diestras y colorida imaginación, los artesanos tlaxcaltecas esculpen tan finamente la madera, como la plata o el barro. Aún sin ayuda de tornos o ningún otro instrumento, los habitantes de San Sebastián Atlahapa dan vida al barro; mientras en Tlatempan las máscaras de carnaval alcanzan singular refinamiento. En Tizatlán, una tradición simbólica es la elaboración de intrincados bastones o teponaxtles que además de ser un auxiliar en el caminar de los viejos, sirve de augurio para una larga vida. La joyería de plata de Tlaxco es famosa en todo el país, y los “saltillos” son antiguos diseños precolombinos aún tejidos en los hermosos sarapes y tapetes elaborados en las comunidades de Santa Ana Chiuatempan y en Guadalupe Ixcotla. Pero los artistas de Españita son los más hábiles al elaborar innumerables figuras hechas de hoja de maíz seca; aunque las casitas de paja de centeno y trigo construidas en Tequexquitla merecen también ser mencionadas. Con la construcción de tantas iglesias en la época de la colonia, era necesario encontrar quien fundiera las imponentes campanas que anunciaran el inicio de las misas católicas, y en el barrio de Ocotoxco en Yauhquemecan, a mitad del siglo XVI se fundió la primer campana de la Nueva España; oficio aún vivo en la actualidad. Al igual que Xalostoc, en donde se elaboran los antiguos juegos pirotécnicos o fuegos artificiales que alegremente visten de brillo la noche en que se celebra algún festejo o día especial. De igual manera, la cultura tlaxcalteca mantiene vivas ancestrales danzas bailadas durante la celebración del carnaval o cualquier otra gran fiesta patronal. Una de las principales danzas aún bailada es la de los “Huehues” o viejos, y cuya representación en cada comunidad toma un toque personal de la misma. La Danza de las Cintas es representada por niñas que ondean un mástil con numerosos y coloridos listones; la danza del dios sol, Tónatl, termina con una lluvia de flores arrojadas por las doncellas de la localidad; y Las Cuadrillas danzada en los barrios de Ocotoxco, Zimatepec, Huiloac, Tizatlán y algunos más. La riqueza de la gastronomía prehispánica tlaxcalteca se funde con la cocina española para dar como resultado una de las más exquisitas cocinas mestizas del país. Antiguos ingredientes como el maíz, cimiento de la cocina prehispánica en todo México, maguey, nopal, epazote, perejil, calabaza, miltomate, verdolagas, venado, guajolotes, liebre y huilota aún son utilizados por los cocineros tlaxcaltecas en la elaboración de los más finos platillos mexicanos. Gusanos de maguey y pencas que envuelven un sabroso cordero asado, barbacoa de pozo acompañada de una ensalada de nopalitos con queso y perejil, tlatoyos de frijol y queso acompañados de atole y piloncillo… un menú interminable que nos remonta siglos atrás al momento en que dos grandes culturas se fusionaron para cocinar el presente. ![]() El colimense, colimota, colimeño como prefiera llamarle, es tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a sal. Uno de los grandes placeres de los colimeños es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos. Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo moyos o cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad el cebiche colimeño y el pescado a la talla. También, los dulces postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor. Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimeño que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba. Y es que, aunque originario de Filipinas, en México el tubero es colimeño. Profesión transmitida de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales. El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad. Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El Pedregal, LE Pitayero y Los Morismas. Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama internacional. También motivo de orgullo son las pinturas históricas del muralista Jorge Chávez Carrillo, artista colimeño dedicado a contar la historia mexicana a través de la expresión plástica. Otros pintores importantes son Gabriel Portillo y Francisco Vázquez Hidalgo: ![]() Así, experimentar la cocina hidalguense puede ser una de las experiencias culinarias más inolvidables para cualquier paladar, ya que además de la diversidad de platillos típicos, destaca por contar con platillos tan exóticos como exquisitos. Prueba de esto son los platillos de origen prehispánico que aún adornan las mesas hidalgueñas, como los mixtotes, envueltos de carne enchilada sobre la piel del maguey; los chinicuiles, o gusanos rojos del maguey; los gusanos blancos en tacos o fritos con mantequilla; los escamoles al ajillo o huevecillos de hormiga roja; y el zacahuil, tamal gigante de cerdo o carne de pavo envuelto en hoja de plátano. Algunos otros platillos tradicionales son las empanaditas de harina y papa llamadas pastes, la carne de barbacoa, y los dulces típicos de leche, de piloncillo con nuez, de fruta cristalizada, de tuna, de muégano o de piñones. Y así como la variedad de ingredientes es sorprendente, también se utilizan diversas formas de preparación, como los antiguos hornos de tierra, con los que se cocinan las ardillas enchiladas, la barbacoa de cordero y el mole de conejo. La oferta artesanal del estado es también de una variedad sorprendente; algunas de las comunidades que se distinguen por la calidad de sus productos son Nith, con sus hermosas artesanías de madera con incrustaciones de concha de abulón; en Cruz Blanca abundan los objetos de carrizo; mientras que en el Valle del Mezquital el ixtle, la lana y la madera son la base para elaborar finas creaciones artesanales. Los numerosos poblados rurales que se ubican en el camino hacia las grandes ciudades aún practican algunas de las celebraciones indígenas prehispánicas de la región. Como ejemplo, el pueblo de Tecolitla realiza la Moxoleua o “destape de los disfrazados” cada mes de diciembre. Esta gran fiesta consiste en el destape de los disfrazados para liberarse del mal que el “choto” o diablo les conminó durante las celebraciones del día de todos los santos en el anterior mes de noviembre; así, los danzantes se descubren sus rostros para simbolizar la libertad de todo mal al ritmo de pegajosos sones y a la luz de los encendidos ánimos de los espectadores que llevan todo el día comiendo y bebiendo para festejar tal acto de purificación. Con motivo de la aproximación de la Cuaresma, tiempo de penitencia y reflexión, cientos de comunidades mexicanas celebran los carnavales. La población hidalguense de Calnali es una de ellas, ya que cada año, tres días antes de los días santos católicos, las calles se llenan de música, danza y folclor para celebrar los concursos de disfraces y bailar al compás del son de los Matlachines, del Viejito, del Comanche o del Chango. Queretaro: La gastronomía queretana es muestra de la fusión de dos culturas, la española y la indígena, para dar como resultado la cocina mestiza. Entre los principales platillos típicos destacan las enchiladas queretanas, en nopal en penca, el chivo tapeado y para acompañar, el atole de maíz de teja. Las gorditas de maíz rellenas de migajas, los tamales de masa roja, el queso cocido en piedras de hormiguero, y el peculiar dulce de chilacayote frito en manteca de puerco, bañado en miel aromada con canela. En la Sierra, los “zacahuiles” son tamales gigantescos que alimentan al menos a un par de docenas de personas. Mármol, ónix, ópalo y turquesa a manos de los diestro artesanos queretanos de la capital y de San Juan del Río terminan transformados en delicadas piezas decorativas y de joyería. En las comunidades de Ezequiel Montes y Vizarrón, se elaboran artesanías en cantera; en Santiago de Mexquitittlán y San Idelfonso, la herencia otomí se transmite en los bellos bordados textiles. Otras artesanías queretanas son artículos elaboradas con vara de sauce, loza y textiles. El 12 de Septiembre se celebra la fiesta de la Santa Cruz de los Milagros, en la que por 3 días se festeja con danzas locales de Querétaro y los estados vecinos, comida típica, carnavales y otras expresiones culturales. En Tequisquiapan, las fiestas de Santa María Magdalena, patrona de la localidad se celebran la tercera semana de Julio. Destaca la participación de la danza de los concheros y los juegos pirotécnicos. En Teques también se celebra la Feria del Queso y el Vino, industrias de tradición en la localidad. Esta feria es celebrada durante 10 días con fines turísticos. El Desfile de Carros Bíblicos se realiza en la capital cada 24 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesucristo. Las fiestas patronales de cada comunidad son festejadas con procesiones religiosas, abundante comida, música en vivo, misa, danza y fuegos artificiales. La Danza de los Concheros es de origen náhuatl y se lleva a cabo en todos los estados mexicanos en donde aún sobreviva esta cultura. De origen espiritual, nace del mito del sol, rey y creador de todas las cosas; siguiendo patrones astronómicos de las posiciones de dioses y planetas, los danzantes dibujan figuras geométricas. Después, la búsqueda del hombre por perfeccionarse es representada en la forma de la Guerra Florida. Los instrumentos que se utilizan son de origen prehispánico, el huehuetl, teponaztle, concha de tortuga y la sonaja que los danzantes se atan a los tobillos. Jalisco: Cuando un mexicano quiere llorar por el amor mal pagado de una mujer, cuando lejos de su hogar evoca con nostalgia su tierra, cuando lleno de alegría quiere festejar su buena fortuna, recurre siempre al son del mariachi y a una botella de tequila… Esto lo sabemos no sólo los mexicanos sino también los extranjeros, pues se trata de la imagen más conocida que se tiene de nuestra gente, lo que no siempre se sabe es que tanto el mariachi como el tequila son productos de origen jalisciense. Aunque no se tiene un registro preciso del origen del mariachi, se sabe que en 1848 ya se quejaban los curas de los pueblos jaliscienses sobre el ruido que causaban estos grupos musicales. De origen humilde, se cree que nombre proviene de origen indígena, específicamente de la lengua nahúatl cocul. Los mariachis más famosos provienen de Cocula, Tecatitlán y de la Sierra del Tigre. En 1906 se graban los primeros discos con música de mariachi al mando del jalisciense Justo Villa. Sin embargo, el conjunto musical del mariachi ha pulido su imagen con el paso del tiempo y la llegada de la fama, primero, el gran actor mexicano Pedro Infante popularizó el uso de dos trompetas en el conjunto, ya que hasta entonces no se utilizaba instrumento de viento alguno. Después, con la aparición de grandes cantantes de la música vernácula como Jorge Negrete y Lola Beltrán, se transformó el tradicional atuendo campesino de los mariachis por el de elegantes trajes que recuerdan al del los antiguos hacendados con relucientes botas, botonaduras y alamanes. Además, la famosa agrupación jalisciense el Mariachi Vargas de Tecatitlán, al mando de Silvestre Vargas, introdujo un importante cambio en cuanto a que los músicos aprendieron a leer música y a producir un sonido más refinado, ya que anteriormente los mariachis ejecutaban las canciones “de oído”, es decir eran músicos líricos. “Más mexicano que el tequila”, con esta expresión afirman los mexicanos el noble origen de esta famosa bebida alcohólica. Elaborada entre las comunidades prehispánicas, a la llegada de los españoles era utilizada como bebida ritual y se conocía con el nombre de “aguamiel”. La denominación de origen del tequila le corresponde a los valles cálidos y semicálidos de Jalisco, lugar donde se encuentra la planta Agave Azul, pues es ésta la variedad de agave con la cual se produce el más fino y popular tequila. Actualmente, las comunidades productoras de esta bebida son principalmente los municipios de Tequila, Amatitán, Arenal y Atotonilco. El tequila reposado se obtiene de dos destilaciones del líquido obtenido de la molienda del “mezcal” o corazón del agave; el tequila blanco, ideal para preparar bebidas mezcladas o de cóctel es obtenido por destilación simple. Guanajuato: El “lugar donde abundan las ranas”, ahora Guanajuato, debe su nombre a una comunidad chichimeca que veneraba a las ranas, representadas en dos rocas con forma natural de este animal situadas en el Cerro del Meco o del Chichimeca localizado alrededor de la actual ciudad de Guanajuato. La gastronomía guanajuatense se destaca por la variedad de sus platillos, ya que cada región hace alarde de la autoría de diversos guisos. Por ejemplo en Comonfort, destacan los nopalitos al pastor, el adobo seco, las fritangas de pobre, la sopa de rabo y el colonche, bebida de tuna fermentada. En Salamanca es famosa la barbacoa de borrego o de chivo; en Celaya la cajeta y los dulces de nuez destacan por su sabor y en Dolores Hidalgo sorprende la variedad de sabores de sus afamadas nieves, entre ellos nieve de camarón, tequila, mole y elote. También son famosas en el estado las pacholas guanajuatenses, el fiambre estilo San Miguel de Allende, los tumbagones, los chiles palominos, la gelatina de pavo y lengua, las rosáceas y las sopas de amor. Sede de importantes eventos culturales en el país, en 1972 nace en la ciudad de Guanajuato, el Festival Cervantino como un homenaje cultural en honor al escritor Miguel de Cervantes; sin embargo, la popularidad que ganó este festival trascendió fronteras y hoy el Festival Internacional Cervantino es la muestra cultural más importante de Latinoamérica. En su programa actual se realizan conciertos, obras de teatro, exposiciones, performances, venta de artesanías, talleres literarios, entre muchas otras actividades culturales. El festival se realiza en los meses de octubre y noviembre de cada año. Otro gran evento cultural es la Bienal Diego Rivera, en honor al gran pintor muralista guanajuatense. Diego Rivera fue fundador del Colegio Nacional y fue un afamado pintor con exposiciones en Estados Unidos y Europa. Además, fue esposo de la internacionalmente reconocida pintora mexicana Frida Kahlo. La principal actividad artesanal del estado es la talabartería, zapatos, bolsos, cintos y monederos de cuero de calidad internacional se ofrecen al público en exposiciones alrededor del mundo. Asimismo, se ofrecen al visitante hermosos objetos de alfarería producida en la Sierra Central, los Altos y el Bajío del estado. Además de los objetos y muebles de madera del municipio de Apaseo El Alto cuya técnica se transmite de generación en generación y la cerámica de alta temperatura de Tarandacuao. Otro aspecto destacado de la cultura guanajuatense son sus danzas, las cuales se realizan con motivo de alguna fiesta patronal como el día de la Virgen del Refugio, el día de la Virgen del Carmen, el día de la Virgen de los Remedios, el día de la Inmaculada Concepción y el día de María Auxiliadora, entre otros. Al igual que en otros estados, las danzas guanajuatenses reflejan el modo de vida de la sociedad a lo largo de la historia, a veces con motivos de orgullo, otras con el afán de hacer denuncia social y liberar frustraciones. Las siguientes danzas folclóricas son aún realizadas por los bailarines locales, danza de los Viejitos, de los Franceses, de los Moros, de los Chichimecas, de los Sonajeros, del Plumero, de los Pames, de los Compadres y de los Toreritos. Aguas calientes: Como buen representante de la cultura mexicana, Aguascalientes es una tierra de ricas tradiciones y alegres festividades. Las múltiples fiestas que se celebran en estas tierras, la Feria Nacional de San Marcos, la Romería de Nuestra Señora de la Asunción, el Festival de las Calaveras y la Feria del Señor del Encino entre otras, nos dan la oportunidad perfecta para conocer los elementos que conforman la rica cultura aguascalentense. La cual es además, apoyada fuertemente por el gobierno, ya que según el Instituto Nacional de Bellas Artes, Aguascalientes es el estado que más invierte en cultura en el país. La principal industria artesanal del estado es la industria textil. Las finas técnicas del bordado y del deshilado utilizadas dan como resultado prendas y objetos de admiración internacional, y es que aunque son técnicas originadas en Europa, las mujeres del estado las adoptaron rápidamente para reproducir su colorido mundo, dando como resultado, un arte representativo de la región. También se fabrican artesanalmente sombreros y trajes charros, artículos de cerámica, joyería y talabartería. Su gastronomía es a base de carnes, entre los platillos principales encontramos la birria de barbacoa de carnero de la olla o tatemada, la gallina en salsa envinada y la carne ranchera de puerco. Además, durante los festejos de San Marcos se destaca la preparación de un platillo a base de pollo y frutas al que ningún paladar se puede resistir. Durante los años cincuenta, Aguascalientes disfrutó de un gran auge vitivinícola ya que cuenta con viñedos productores de vinos de mesa, aguardientes, licores de extractos de frutas y su popular dulce de uvate. Es por esto, que a inicios del mes de septiembre se celebra el Festival de la Uva y el Vino Nuevo, en donde participan las más importantes vitivinícolas del estado. Pero a pesar de la fiesta y algarabía que traen consigo tantas celebraciones, los aguascalentenses son gente muy tranquila y pacífica. Aún dentro de México, se reconocen por su amabilidad y por defender antiguas costumbres. Todo esto dentro de un marco de modernidad que no están dispuestos a ignorar, y es por eso que en Febrero de 2007, RyTA – Radio y Televisión de Aguascalientes – estrenó nuevas instalaciones. Con el objetivo de incrementar sus esfuerzos por mantener comunicado al estado a nivel regional, nacional e incluso internacional, ya que no se olvidan de los paisanos radicados particularmente en EUA. Esta conjunción de pasado y presente la encontramos también en sus actividades deportivas. Uno de los deportes más practicados hoy en día es el frontón; juego que guarda algunas similitudes con la práctica del rebote, el cual se jugaba también en los estados actuales de Zacatecas, Nayarit y el norte de Jalisco hace tres cuartos de siglo. Y consistía en rebotar una pelota con centro de piedra, forrada de hilos y piel de conejo contra una pared. Asimismo, la intensa actividad ganadera practicada desde la época colonial, dio inicio a las prácticas ganaderas de recreación conocidas como charrería. Estas, han evolucionado en sus reglas y estructura y hoy son consideradas parte de las actividades físicas que identifican a los habitantes del estado. San Luis Potosí La cocina potosina se llena de dulces aromas con la preparación de sus tradicionales enchiladas potosinas, molotes, rabo de mestiza, enchiladas en cacahuate, flor de palma de cerdo, guiso borracho a base de pulque y fiambre potosino. En la zona indígena de la Huasteca, la cecina y el zacahuil son los platillos típicos, acompañados del colonche, bebida alcohólica potosina por excelencia hecha a base de tuna. Los postres potosinos más representativos son el queso de tuna, la gelatina de tuna, la cajeta de leche de cabra y los panecitos de pulque. La tradición católica está profundamente arraigada en la cultura de los potosinos, por lo que el año calendario está lleno de celebraciones y festejos religiosos que en cada comunidad del estado toman su propia identidad. El 29 de septiembre de cada año se celebra la tradicional fiesta de San Miguel Arcángel en la comunidad de Mezquitic de Carmona, en donde además de las manifestaciones religiosas de rezos, cantos y procesiones, los asistentes tienen la oportunidad de bailar al ritmo de la música de flauta y admirar los fuegos pirotécnicos. Del 1 al 8 de diciembre se festeja en Venado la fiesta religiosa de la Purísima Concepción, amenizada por la danza de los Matlachines. El Centro de la Gráfica Contemporánea, el Centro de Arte y nuevas Tecnologías, el Centro Cultural de la Huasteca Potosina y el Centro Cultural Mariano Jiménez, además del Centro de las Artes de SLP, se encargan de preservar el acervo histórico de la sociedad potosina y promover la expresión artística, a través de exposiciones plásticas, gráficas, concursos y festivales abiertos al público en general. La relevancia cultural de la entidad, particularmente de la ciudad de San Luis Potosí se refleja en la celebración de numerosos eventos culturales durante todo el año, entre ellos destacan, en marzo el Festival de Música Vernácula y el Festival del Son; de abril a mayo, el Festival de San Luis, en mayo, el Festival Internacional de Letras de San Luis; en septiembre, la Muestra Internacional de Folklore y Artes Tradicionales, el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López; en octubre el Encuentro Bianual de Decimistas y Versadotes de América Latina y el Caribe; en noviembre, el Festival de Música Antigua y Barroca, y en diciembre, se lleva a cabo la Muestra Anual del Folklor y el Festival de Danzas Étnicas de la Huasteca Potosina. Tamaulipas: Orgullosos de su gastronomía, los tamaulipecos presumen con orgullo un amplio menú de platillos típicos para cada tiempo de comida. Los días se comienzan con chochas de sotol, flor de pita con huevo, guayín o tostadas con mermelada de nopal. También de nopal, las empanaditas son una buena entrada durante la comida del mediodía para acompañar un cabrito en su sangre o un delicioso asado de puerco muy al estilo norteño, sin faltar el mezcal de San Carlos o el agua de huapilla. Y por la noche, cecina, mole de papas o unos tamales revueltos degustados con champurrado de maíz de Teja Honestos y trabajadores, los tamaulipecos ataviados de sus cueras para mitigar el frío de forma elegante se reunen en las plazas para disfrutar de las danzas folclóricas de cada región del estado y escuchar los más nuevos corridos de sus bandas norteñas favoritas. En el norte, en la frontera con los Estados Unidos, los rápidos y entrecruzados pasos de la polka tamaulipeca son muy distintos de su antepasado checo, la cual era bailada a un ritmo más lento y sencillo. Asimismo, la redova y el chotís son de origen europeo en boga durante el siglo XIX, sin embargo en los municipios norteños han sido modificadas para darle personalidad tamaulipeca. Al ritmo del clarinete y de la tambora, los habitantes de las montañas del centro del estado, recrean l avergüenza pública a la que eran expuestos los indígenas rebeldes atrapados en las villas. Esta danza conocida como La Picota, también anuncia la llegada de los novios durante las fiesas que celebran el matrimonio. Mientras que en el sur del estado los habitantes de La Huasteca se divierten al ritmo del famoso huapango tamaulipeco. Los sones huastecos tienen su origen en danzas españolas del siglo XVIII. La música que le acompaña es de tono irreverente e improsivado, en el cual los cantantes demuestran la tradicional picardía mexicana en forma de quintillas o sextinas. Zacatecas: ![]() La vocación minera del pueblo zacatecano mantenía a una gran parte de la población ocupada en esta actividad económica. Para trabajar en la minas es necesario trabajar en parejas, donde uno de los mineros pica la piedra y el otro lleva la barreta. Los sábados, al término de las largas jornadas de trabajo, los barreteros salían en busca de amigos y familiares para tomar mezcal y reproducir los ruidos hechos con sus herramientas en la mina al estilo del tamborazo. Estas celebraciones improvisadas solían durar toda la noche y las mujeres del pueblo eran instruidas en pasar a recoger a sus maridos a la cárcel la mañana siguiente en caso de no haber llegado antes al hogar. Hoy en día, un grupo de 8 o 10 músicos entona la Marcha Zacatecana para comenzar el recorrido por los callejones de la ciudad, tomándose algún descanso de vez en cuando para repartir mezcal de Huitzila a todos los que les acompañan. En cuanto al arte de la gastronomía, la cocina zacatecana heredó el sabor de la cultura mesoamericana que distingue a gran parte del país. El platillo más representativo es el “asado de boda”, nombre que le corresponde por ser el platillo más popular en las bodas zacatecanas. Su exquisito sabor por si solo es motivo de fiesta, pues en él se conjugan una gran variedad de sabores representados en la carne de cerdo, el chile ancho, el chocolate y diversas especies para agregar el toque final. Pero el aspecto que más representativo de la cultura zacatecana tal vez es el de las fiestas regionales. Los zacatecanos se visten de gala y color en numerosas ocasiones durante el año para celebrar fiestas patronales, religiosas, cívicas o personales. En enero se celebra la Fiesta de los Papapquis en Nochistlán y las Fiestas del Niño de las Palomitas en Tacoaleche, Guadalupe. En febrero, como en muchas comunidades mexicanas se celebra la Feria del Carnaval y las Fiestas de la Calendaria. Mientras que en marzo, diversos municipios festejan las Fiestas de San José. Durante la Semana Santa se celebra el Festival Cultural de Zacatecas en la capital del estado. Y en junio, en Cuauhtémoc, Zacatecas se realizan las festividades de San Pedro y San Pablo. El Festival Zacatecas del Folclor Internacional es organizado en la capital durante el mes de julio de cada año. En el mes siguiente, también en la capital, se festejan los Morismos del Bracho. En Ojocaliente, Zacatecas, la celebración de la Feria de la Tuna y la Uva viste de alegría las calles durante el mes de septiembre. También en este mes se lleva a cabo la famosa Feria Nacional de Zacatecas, con sede en la capital estatal. En otras comunidades de la entidad, este mes es el elegido para festejar fiestas religiosas como la de la Virgen de la Soledad, la Virgen de la Merced y las fiestas de San Miguel. Las Fiestas de San Juan Bautista en Vetagrande, la Feria Regional de Huanusco, la Feria Regional de Nochistlán en el lugar del mismo nombre, la Feria de Aniversario de Luis Moya, Zacatecas y el Festival Internacional de Teatro de la Calle en la ciudad de Zacatecas alegran los días de octubre. Y para cerrar el año, numerosas ferias regionales son celebradas en las comunidades de Concepción del Oro, Calera de Víctor Rosales, Loreto, Guadalupe, Valparaíso, Villa García, Jalpa, Tabasco y Tepechitlán; mientras que en Fresnillo, sus habitantes disfrutan de las fiestas del Santo Niño de Atocha. Durango: Al igual que sucede con el resto de la cultura mexicana, la cocina duranguense es fruto del mestizaje. El más antiguo y famoso plato de su gastronomía es el Caldillo Durangueño, preparado a base de carne de res, tomate, cebolla y chile verde y condimentado con sal y comino. Su éxito se debe a que los vastos pastizales del territorio promovieron la ganadería de reses y estas se convirtieron en el alimento más barato y abundante. Algunos platillos españoles que aún se conservan como parte de la cocina en el estado son la paella a la valenciana, callos a la madrileña y fabada de Asturias. La artesanía como expresión no sólo artística sino también utilitaria se expresa en forma de cestería, el arte de tejer fibras de ixtle, sotol, tule y varas de mimbre, sauce y álamo, para elaborar cestas, bolsas, petates, y otros. La fabricación manual de artículos de cuero y la alfarería se encuentran en los municipios de Durango, Poanas y Villa Unión. Además, los grupos indígenas de la zona, particularmente tepehuanos, huicholes y tarahumaras, elaboran artículos de consumo interno y como único medio de subsistencia en algunos casos. Los primeros elaboran arcos y flechas y cobijas de lana; los huicholes ofrecen al visitante bonitas bolsas y accesorios de chaquira multicolor. Un grupo indígena que llama la atención particularmente es el de los mexicaneros, cuyo origen se desconoce y que habitan en las barrancas del suroeste de la Sierra Madre Occidental duranguense. Debido a la ubicación de sus asentamientos, alejada de carreteras y caminos transitados por el hombre moderno, su cultura mantiene fuerte influencia de la cosmovisión mesoamericana. Así, su actividad de subsistencia es la agricultura donde siembran principalmente maíz y calabaza. Y sus manifestaciones culturales giran alrededor de calendario agrícola, en donde los llamados “mitotes” agradecen la cosecha, piden lluvia y bendicen frutos. Estas celebraciones duran 5 días de cada una de las 5 temporadas de cultivo al año. El carácter ceremonial es llevado por un “mayor” cuya preparación de 5 años hace posible que desempeñe el papel de director del mitote. Chicos y grandes participan con ofrendas y danzas en donde cada momento del día – salida del sol, cenit y puesta del sol- son observados. Cabe añadir, que además festejan con igual pasión la Semana Santa, la Candelaria, las fiestas de San Pedro y el Carnaval mestizo. En Hollywood, los escenarios duranguenses son reconocidos por su participación en grandes filmes de western norteamericano. La primera película filmada aquí fue en 1954, titulada “White Feather” (“La Ley del Bravo”) producida por la 20th Century Fox. Años después, la fiebre por filmar en estas cálidas tierras se desató y las calles de Durango se volvieron hogar de grandes estrellas del cine internacional como Charlton Heston, Nick Nolte, Autrey Hepburn, Anthony Quinn, Charles Bronson, Shelley Winters, Rock Hudson, John Wayne, Burt Lancaster, Bob Dylan y Richard Gere, entre muchos otros. Nuevo León: Así son los regiomontanos, de hablar brusco pero honesto y ante todo muy trabajadores y responsables. Famosos por su dedicación al trabajo arduo y por su conservadora moral, gustan de disfrutar los fines de semana en familia y con una buena comida. La “carne seca” de origen indígena y el “machito” de origen español, conviven en la mesa con deliciosos platillos mestizos como el cabrito al pastor, los frijoles borrachos, el asado de puerco, las agujas y el corte de res único de la región, la arrachera. El origen ganadero de la zona le confiere una dieta muy alta, sino es que exclusiva, en carnes. La carne asada con salchicha, carne de res, pollo, quesadillas, guacamole y cerveza es el mejor pretexto para reunir a la familia y a los amigos en una ocasión de estrecha convivencia. En la cocina regiomontana también encontramos carne zaraza de Montemorelos, papitas de Galeana, las dulces glorias de Linares, y el pan de Bustamante, cada uno originario del municipio del mismo nombre. Las expresiones culturales en forma de danza y música, las comparte en su mayoría con las del resto del norte del país. Las danzas traídas de Europa como la polca, el shotis y redova; además del huapango o jarabeado nuevoleonés, originario de las comunidades de la Huasteca. A pesar de que el folclor regional no es muy vasto ni está muy arraigado entre los neoloneses, actualmente la capital del estado se distingue por la cada vez más amplia oferta cultural que exhibe. Foros como el Teatro de la Ciudad, escenario de numerosas obras de teatro, conciertos y de la gala que cada temporada presenta la compañía del Ballet de Monterrey; MARCO, el Museo de Arte Contemporáneo, cuya exhibición permanente de obras latinoamericanas es la más grande del continente; el Parque Fundidora, antiguo recinto acerero hoy se ha convertido en un complejo cultural y de negocios representativo de la ciudad de Monterrey al contar con ciclopistas abiertas al público, una pinacoteca, el centro de las artes, el Horno Trex Museo del Acero, una pista de patinaje sobre hielo, la Cineteca de Nuevo León, sede de festivales locales, nacionales e internacionales de cine de cámara alternativa o de arte como también se le conoce, la Arena Monterrey donde se realizan conciertos y otros espectáculos, además del Auditorio Coca-Cola, y el gran Centro de Convenciones de CINTERMEX; entre muchos otros.
Chihuahua:
Las difíciles condiciones de la geografía chihuahuense dieron forma al carácter de sus habitantes, quienes al igual que la mayoría de sus compatriotas norteños han forjado su tenacidad y perseverancia gracias a la dura labor que significa obtener del árido suelo algo de alimento y agua para el sustento de su familia y su ganado. Esto, aunado a la característica hospitalidad y buena disposición de ayudar de los mexicanos, conforman el perfil del afanoso chihuahuense.
Es así que, en un suelo poco propicio para la agricultura, los colonizadores europeos, misioneros e indígenas aprendieron a desarrollar técnicas para conservar los alimentos ya que los periodos de cosecha eran breves y escasos. Así, nacen los chacales (maíz seco), chile pasado, conservas de frutas y frutas deshidratadas, carne deshidratada o cecina, y el famoso “queso ranchero” hecho de leche de chiva o de res. Estos ingredientes adquieren un característico sabor que los diferencia de los naturales, agregando a los guisados chihuahuenses una sazón muy peculiar.
Sin embargo, esto no desmotivó a los habitantes prehispánicos de la zona conocida como Paquimé o de Casas Grandes a desarrollar una gran ciudad con construcciones de hasta 4 pisos hermosamente decoradas con artísticos objetos de cerámica. Además de su desarrollado gusto por la alfarería, se descubrieron grandes jaulas de aves exóticas provistas de calefacción y patios para el juego de pelota. Por lo que hoy, la sociedad chihuahuense está conformada por grupos indígenas que aún conservan sus raíces y tradiciones muy arraigadas. Actualmente, el grupo principal en número e influencia cultural en el estado es el de los tarahumaras. Habitantes originales de estas tierras, fueron forzados a retirarse a vivir en una porción de las montañas de la Sierra Madre Occidental, hoy conocida bajo el nombre de Sierra Tarahumara. Como sucede en el resto del país, este grupo étnico se encuentra entre los más pobres y marginados del estado. Parte de su economía se sustenta con la venta de sikolís y bitikolís, ollas y vasijas de barro y textiles y joyería de chaquira que ofrecen en sitios turísticos del estado. Otro grupo cultural de gran influencia en la vida económica y cultural de Chihuahua es el de los menonitas. A principios del siglo XX, obteniendo excepcionales concesiones de parte del gobierno mexicano en turno, el Gral. Álvaro Obregón, llegaron a la comunidad de Santa Clara cientos de familias menonita procedentes de Canadá, pero originarios de Holanda. Su origen europeo, su religión única, la frugalidad que rige cada aspecto de su vida y su característica dedicación al trabajo comunitario llegaron con todos ellos para quedarse; y hoy, Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua es una floreciente comunidad de origen menonita. Un capítulo vergonzoso y triste no sólo en la historia de Chihuahua sino de todo México, es el de los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez. A partir de la década de los noventa, el auge económico estadounidense llegó a la frontera mexicana en forma de maquiladoras de exportación que abrieron oportunidades a muchos mexicanos y mexicanas. Las mujeres trabajadoras de Juárez sin embargo, vieron cómo esta oportunidad se convirtió en tragedia cuando a partir de 1993 comienzan a ser víctimas de cruentos asesinatos y misteriosas desapariciones que a la fecha continúan impunes. La trascendencia de esta violencia misógina ha trascendido fronteras. Activistas de los derechos humanos, artistas y políticos del mundo se unen a los clamores de los familiares de las víctimas, quienes reclaman justicia para sus mujeres, para las hoy famosas “muertas de Juárez”. Al respecto, el afamado escritor latinoamericano Carlos Monsiváis ha denunciado la corrupción de las autoridades mexicanas, quienes hoy en día han tenido que hacer grandes cambios en los altos mandos de las autoridades juarenses, asignando por ejemplo, como Fiscal Federal y Procuradora del Estado a mujeres que han decidido trabajar en conjunto con la sociedad civil. La cual está organizada en activas asociaciones como son “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, “Mujeres por Juárez” y “Voces Sin Eco”. En 2007 se anuncia el estreno de la película “Bordertown” o “Ciudad del Silencio” protagonizada por la estrella hollywoodense Jennifer López y que aborda esta trágica realidad.
Las duras condiciones climáticas que imperan en la zona han hecho de los coahuilenses hombres perseverantes y trabajadores. Pero no por eso menos alegres o amantes del color que el resto de los mexicanos.
La elaboración de los coloridos sarapes de lana es un arte traído a Coahuila por los indígenas tlaxcaltecas. Las danzas campesinas que festejan la recolección de sus cosechas como el Jarabe Pateño y la Danza de la Lechugilla, o las adaptaciones de bailes europeos como la Contradanza, Polea, Redova y Chotis, alegran las reuniones coahuilenses.
La gastronomía norteña que predomina en los estados de Coahuila, Chihuahua, Sonora y Nuevo León está compuesta por ricas tortillas de harina, carne asada, carne seca y cabrito al pastor. En Coahuila además, la producción vinícola de Parras viste las mesas con exquisitos vinos y licores de mesa 100% mexicanos. También, en Saltillo la elaboración de cajeta, ate de membrillo, conservas de frutas como guayaba, membrillo, durazno y chabacano, son una tradición generacional.
A pesar de la escasa población indígena que actualmente se conserva en el estado, muchas de las tradiciones de los antepasados sonorenses se mantienen vivas gracias a los descendientes de las tribus originales. Tal es el caso de los guarijíos, quienes celebran dos grandes fiestas a lo largo del año, la cava-pizca, en honor al ciclo agrícola terminado y por la buena fortuna del que está por comenzar, y las tuguardas, las cuales significan el pago de los pecados de los hombres y mujeres de la comunidad.
Los indios Pápago elaboran “coritas” o cestas de palmillo o torote a lo largo del desierto sonorense y del vecino estado norteamericano de Arizona. Además, durante el plenilunio de junio danzan toda la noche para pedir por las lluvias en el ritual de la Vikita.
Al igual que la mayoría de las tribus mexicanas, los Pimas festejan en grande sus fiestas religiosas. Durante la celebración del Yúmare por ejemplo, los hombres toman máiz fermentado y los cantantes pascola y las mujeres danzan por 4 noches alrededor del fuego para asegurar una buena cosecha del maíz. Una de las danzas más representativas del estado, y orgullo de toda su gente, es la Danza del Venado. Creada por la tribu yaqui que habita el sur del estado, es llamada también danza Mazoyiwa. La grandiosidad de esta danza proviene de su significado, el cual para los yaquis, es la representación del ideal humano, ya que el danzante es un hombre elegido desde niño para tal profesión y cuya preparación abarca desde la alimentación adecuada para desarrollar un físico ágil y esbelto, hasta los movimientos físicos que emulan los graciosos y delicados movimientos del venado. Así, la ejecución perfecta del venado que lucha por su vida ante el disparo de una flecha mortal resulta en un bello espectáculo realizado al ritmo de la bueja o tambor de agua, el carrizo y los hirukiam o frotadores hechos de varas de brasil. Esto, representa la gran riqueza cultural que los Yaquis conservan gracias a la valentía y al celo que les ha caracterizado durante la historia de Sonora. Actualmente, 25 mil Yaquis guardan la lengua, tradiciones y cultura que les pertenece; al mismo tiempo que siguen el calendario festivo católico. Otra particular cultura indígena del estado es la comunidad Seri. Los Seris se destacan por ser la única etnia mexicana que no fue evangelizada por los misioneros católicos. Así, la celebración de sus ritos, mantiene la más pura tradición prehispánica adornada de un fino maquillaje facial, cuyos colores representan los símbolos de la muerte, la suerte y el mar. Es importante mencionar que las culturas Kikapú y Cucapá, están casi extintas en el territorio sonorense. Otro aspecto clave de la identidad de cada estado mexicano es la gastronomía. La cocina sonorense combina la gastronomía norteña mexicana con los exquisitos ingredientes obtenidos de las aguas del Golfo de California y de la creatividad de su gente. Visitar Sonora significa disfrutar de carne de res de la mejor calidad en el país preparada en una rica carne asada acompañada de chorizo sonorense, frijoles maneados, caldo de queso y gigantescas tortillas de harina y agua. El desayuno tradicional de machaca con huevo o en taquitos de harina sólo puede ser reemplazado por unos tamalitos de chile colorado o de elote. Durante la época de la pascua católica, la capirotada sonorense constituye un platillo obligatorio. En la costa, el atún estofado como cahuama, los camarones entomatados y la botana de pescado a la mostaza, deleitan hasta al paladar más exigente. Y de postre, las famosas coyotas de Sonora y los buñuelos acompañados de un dulce champurro.
Baja California:
La evolución de esta sociedad, orgullosa hoy de su identidad y de su tierra, la encontramos principalmente en sus expresiones artísticas. El arte del colectivo Nortec es resultado de la fusión de sonidos tradicionalmente mexicanos – ritmos norteños, elementos de la tambora, del jarabe tapatío, etc con los modernos sonidos techno-dance. Esta original mezcla descubre la nueva cara de la cosmopolita y creativa juventud de Tijuana y Ensenada. El renacimiento de la otra sociedad perdida, pide al escéptico visitante olvidarse de los estereotipos y prejuicios, “olvídate de las…calles sin asfaltar, narcos, burros. Olvídate del peligro, del temor de la preocupación” reza la presentación al internacionalmente aclamado volumen 1 de Nortec Collections.
Su más reciente creación es la publicación del libro “Paso del norte, This is Tijuana!”, un libro que contiene la crítica social que los jóvenes bajacalifornianos del siglo XXI hacen de la cultura de miedo, narcos y violencia que ha caracterizado a la frontera a la que pertenecen. Al mismo tiempo, la modernización de las ciudades fronterizas del estado ha colaborado a cambiar los estereotipos ofreciendo un ambiente atractivo tanto para los inversionistas extranjeros como para los turistas que buscan deleitarse de la riqueza cultural y natural que tienen por ofrecer. GASTRONOMÍA ¿Quién no ha probado alguna vez la internacionalmente famosa Ensalada César? ¿Las refrescantes Margaritas? ¿El rejuvenecedor Clamato? Pues estas son las contribuciones más famosas de la cocina bajacaliforniana para el mundo. Con el objetivo de mantener viva la cocina tradicional del estado, el gobierno organiza frecuentes Festivales Gastronómicos, en los cuales es posible degustar exquisitos platillos de mar como la langosta estilo Puerto Nuevo, la paella de Ensenada y los taquitos bajacalifornianos de pescado. Sin olvidar los vinos de la región Bordeaux mexicana, el Valle de Guadalupe. Como dato curioso, en la capital del estado, Mexicali, la comida tradicional es la comida china; por lo que numerosos restaurantes de esta comida ofrecen al paladar del visitante deliciosos platillos asiáticos. ARTESANÍAS Las diversas etnias – Pai-Pai, Kumiai, Cucapás, que habitan la región se dedican a elaborar ancestrales productos artesanales como son vasijas de barro, muñecas, juguetes de madera, cestos aromáticos de hoja de sauce y faldas de corteza de sauce.
Baja California Sur:
La gran influencia que la evangelización católica ejerció en la formación de tradiciones y celebraciones que con orgullo festeja el pueblo de México, podemos observarla hoy en las fiestas del santo patrono de cada pueblo y ciudad sudcaliforniano. Debido a que la invasión del hombre europeo durante la conquista española trajo consigo enfermedades desconocidas para las etnias indígenas que poblaban la región, estos resultaron casi exterminados desde finales del siglo XVI; y los rastros de sus costumbres y tradiciones se perdieron por completo con la imposición evangélica de las misiones católicas que ahí se instalaron.
Durante las fiestas patronales, muchos bautizos y primeras comuniones son celebrados alrededor del bullicio generado por la música del mariachi y los bailes populares, las peleas de gallos y las carreras de caballos. Para cerrar con broche de oro disfrutando de sendos banquetes de típicos platillos mexicanos como la carne asada en leña de mezquite, los tamales, las tortillas de harina y la barbacoa.
Algunas de las festividades más grandes o destacadas son las fiestas patronales de San José del Cabo, San Francisco Javier, San Bartola, Santa Rosalía, La Purísima, Miraflores y Todos Santos. La cultura del deporte en el estado es también una tradición. En él se celebran las Olimpiadas de Baja California, sin embargo, en los últimos años esta área había quedado rezagada en cuanto a desarrollo de infraestructura y promoción principalmente. A inicios del año 2007, el gobierno estatal anunció un proyecto de impulso al deporte en un plan de desarrollo de cuatro años. En éste, está contemplada la construcción de una unidad deportiva con estadio de fútbol en Cabo San Lucas con capacidad para 10,000; una pista de atletismo para Comondú; la unidad deportiva de Guerrero Negro; entre otras. Así como el desarrollo de los deportes acuáticos que pueden ser realizados en la Bahía de La Paz, tales como remo, canotaje, vela, veleo, etc. |
martes, 7 de octubre de 2014
Diversidad de Culturas de los estados de la República Mexicana
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